La idea, ofrecida por la Concejalía de Normalización Lingüística consiste en ofrecer libros para compartir que estarán a disposición en las denominadas “Cabinas literarias”. Estas estarán situadas en la Fuente de Santiago, Plaza de la Constitución y Plaza de Ribadavia. Bajo el nombre de “A cabina literaria”, el Servicio de Normalización Lingüística del Concello de Redondela coordinado por la alcaldesa Digna Rivas, promueve la reutilización de las antiguas cabinas telefónicas en espacios literarios. Esta propuesta, puesta en práctica en otras ciudades europeas, pretende aprovechar el mobiliario en espacios públicos para convertirse en espacios culturales abiertos. En este sentido, la idea consiste en ofrece libros para compartir que estarán a disposición en las denominadas “Cabinas literarias”. Estas estarán situadas en la Fuente de Santiago, Plaza de la Constitución y Plaza de Ribadavia.

“La promoción de la lectura es uno de los objetivos más importantes de la concejalía que tengo el placer de dirigir, destacando por supuesto la lengua gallega. Queremos que Redondela sea un villa amigo de los libros”, explicaba Rivas.

“Desde Normalización Lingüística impulsamos proyectos con la intención de ser transversales e interactivos, directamente pensados para nuestros vecinos y vecinas”, añade Rivas, “por eso en las cabinas ofreceremos el acceso a los Libros de las Parroquias, proyecto también de Normalización Lingüística”.

Además, los exteriores de la cabina contarán con información sobre el procedimiento de préstamos de los libros, una especie de instrucciones, que también trata de implicar a la vecindad en la iniciativa.

Además de esto, el Concello ilustrará una parte exterior de la cabina con información sobre la historia del teléfono y alguna curiosidad sobre la centralita de teléfonos existente en Redondela, en el edificio Royalty, en la mitad del siglo pasado.

“Los teléfonos de cabina son un elemento singular, puesto que para las nuevas generaciones resulta un objeto museístico que no usaron nunca. Por este motivo queremos mantenerlos y conservarlos, pero con una utilidad práctica”, concluye Rivas.